Siguiendo las trazas de la fauna

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Plaça de Sencelles

DISTANCIA

8,3 km

UNIDAD DIDÁCTICA

La fauna mediterrània

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Siguiendo las trazas de la fauna

Mientras paseamos por los diferentes caminos de nuestro municipio, tenemos la oportunidad de encontrarnos con numerosos habitantes de este paisaje. Unos se alimentan del néctar de las coloridas y perfumadas flores y otros se refugian entre la densidades de la vegetación. Algunos, aprovechando las tareas del campo, salen a la caza de alimentos y otros esperan que todo el mundo duerma para ponerse en marcha.

No siempre te saldrán al acecho, pero si andas con atención, quizás puedes ver su rastro, alguna huella o marca en el suelo, alguna señal que indique su presencia, un nido, una madriguera, una pluma…

Los mamíferos

Las especies de mamíferos que actualmente habitan nuestras islas llegaron de manos de los humanos que vinieron a nuestras costas. Mustelas, jinetas, erizos, ratas, ratones, conejos y liebres, todos ellos son fruto de la llegada humana.

Los mamíferos con los que más facilidad nos podemos encontrar por nuestros campos son lepóridos como la liebre y el conejo, que debido a su gran medida son fáciles de ver. Pero también hay de algunos que pasan más desapercibidos, como el lirón careto o el erizo. El lirón careto (Eliomys quercinus) es un pequeño roedor que despierta simpatía a todo aquel que se topa con él. ¿Será debido al dibujo de su pelaje que recuerda a una careta? ¿O debido a su larga cola acabada con un pompón de pelo? Se pasa el invierno hibernando y es posible que nos encontremos con sus nidos hechos con musgo, plumas y pelaje de otros animales. El erizo (Atelerix algirus) es una especie que abunda en la garriga con la que toparemos con más facilidad durante el atardecer o a primera hora de la mañana, puesto que se trata de una especie nocturna. Se alimenta principalmente de pequeños invertebrados como insectos, cochinillas de la humedad o pequeños caracoles. Antiguamente se consumía su carne, pero su principal causa de muerte a día de hoy es el atropello por los coches.

Los reptiles


El reptil que veremos con más facilidad es la salamanquesa común (Tarentola maurtitanica) no tanto en medio de la naturaleza, sino más bien en las zonas más humanizadas. A menudo la encontramos al acecho de capturar algún insecto en los muros de nuestras casas o entre los recodos de las paredes de piedra en seco. La serp de garriga (Macroprotodon mauritanicus) es una serpiente de pequeña medida, introducida probablemente por los romanos, que contribuyó en la desaparición de la lagartija endémica (Podarcis lilfordi) en la isla de Mallorca. Es una serpiente de hábitos nocturnos que, a pesar de su nombre común, encontramos también en pinares, campos de cultivo y jardines. En las zonas próximas a las garrigas nos podemos encontrar también con la tortuga mediterránea (Testudo hermanni). Se trata de una especie protegida puesto que está gravemente amenazada, principalmente debido a la pérdida de su hábitat natural, pero también por haber sido usada popularmente como animal de compañía. Difícilmente las encontraremos durante el invierno, puesto que se lo pasan hibernando, se entierran y reducen su actividad metabólica hasta que llegada la primavera, aumentan las temperaturas y reactiva su metabolismo.

Los artrópodos

La fauna invertebrada de nuestro paisaje es la más diversa y abundante, y son los artrópodos el grupo más numeroso.

En este grupo encontramos todos aquellos invertebrados que tienen un esqueleto externo como las cochinillas de la humedad (crustáceos), los ciempiés (miriápodos), las arañas y escorpiones (arácnidos) y una gran diversidad de insectos. Son los insectos el grupo más variado puesto que incluye a escarabajos como el banyarriquer (Cerambix cerdo) o el poriol (Lachnaia vicina) y a los caballitos del diablo (Ischnura elegans) que podemos encontrar cerca de algún lavadero. También son insectos los chinches como la chinche rayada (Graphosomalineatum italicum) que a menudo encontramos polinizando la umbela de alguna zanahoria, o mariposas como la blanquita de la col (Pieris rapae) revoloteando entre ravanizas o ya llegado el verano la mariposa de los cardos (Cynthia cardui) y el canto de los grillos (Grillus campestris). Los insectos juegan un papel importantísimo en el funcionamiento de los ecosistemas, puesto que ayudan en el control de plagas y en la reproducción de las plantas mediante la polinización.

Los gusanos

Cuando pensamos con los gusanos, imaginamos unos animales pequeños de cuerpo largo, delgado y blando, cilíndrico o aplanado, pero en realidad los gusanos pertenecen a varios grupos.

Los platelmintos, como las planarías, son principalmente parásitos, los nemátodos pueden ser parásitos de plantas y animales pero también animales de vida libre, los rotíferos habitan exclusivamente al medio acuático y los anélidos, un grupo no muy diverso, serán los que podremos ver con más facilidad en nuestro entorno. Los anélidos más conocidos y los que podremos encontrar en nuestras salidas en el campo son los gusanos o lombrices de tierra que, a pesar de que viven bajo suelo excavando galerías, en algunas ocasiones salen a la superficie dejándose ver. Estos tienen un papel importantísimo en la salud del suelo, puesto que se encargan de descomponer los restos vegetales, a la vez que “labran” la tierra ayudando así al crecimiento de las plantas. Entre los anélidos también encontramos las sanguijuelas, unos parásitos cada vez menos frecuentes debido a las condiciones higiénicas actuales del ganado.

Los pájaros

Andar en silencio no solo nos permite conectar con el momento presente, sino también con la fauna alada que nos acompaña durante el paseo. Los pájaros son los animales que con más facilidad nos encontraremos, algunos no tienen vergüenza de mostrarse volando de árbol en árbol, cazando algún insecto o incluso cantando su peculiar melodía.

De entre las especies más abundantes y sedentarias nos encontramos con el mirlo (Turdus merula), un ave que fácilmente veremos rascando en el suelo buscando algún gusano, fruto o semilla para alimentarse, o el carbonero común (Parus mayor), una especie que se puede ver durante todo el año en cualquier hábitat, igual que la abubilla (Upupa epops), un ave fácil de distinguir por su singular reclamo “pup-up-up”. Otro canto que no puede faltar en la banda sonora de nuestros campos es el del alcaraván (Burhinus oedicnemus), una ave limícola que no necesita del agua para sobrevivir, igual que la garza bueyera (Bubulcus ibis), que encontramos a menudo acompañando a las manadas de ovejas o a los campesinos que realizan tareas del campo.

Los amfibios

Paseando a última hora del día, cuando en verano empieza a oscurecer, nos podemos topar con el canto peculiar de algún sapo verde (Soplo viridis), un anfibio que vive a cualquier tipo de hábitat, tanto en garrigas como zonas agrícolas, y aprovecha las albercas y los estanques ornamentales para reproducirse. Cada vez es más raro encontrarse con esta fauna puesto que la pérdida de hábitat, la ampliación de carreteras o la reducción de sus zonas de reproducción provocan la disminución de la especie. Por otro lado, también tenemos a la rana (Pelophylax perezi), que con su canto grave y poco discreto, nos permite diferenciarla del sapo verde. La rana siempre se encuentra vinculada al agua y para poderla ver nos tenemos que acercar con mucha discreción, puesto que su respuesta de defensa ante la presencia de depredadores es la de saltar dentro del agua rápidamente.

Los moluscos

Los moluscos que podemos encontrar son gasterópodos terrestres, es decir, caracoles y babosas. Los gasterópodos se caracterizan para andar sobre su vientre y son el grupo de moluscos más importantes. Principalmente son herbívoros pero también pueden ser carnívoros, parásitos o carroñeros.

Theba pisana es un caracol que puede actuar de plaga en la agricultura y que a menudo encontramos sobre tallos y hojas de plantas o sobre los palos de las vallas. Ahora bien, si hay algún caracol conocido y apreciado dentro de la gastronomía este es el caracol común (Helix aspersa), pero también las viudes (Otala lactea) y la cabrilla (Otala punctata). Algunos gasterópodos son depredadores, como el caso de Rumina decollata, otros forman parte de la fauna del suelo como la Ferussacia folliculus, que a menudo se encuentra refugiada bajo piedras. Otro molusco presente en la tierra es la babosa Milax gagates, que difícilmente veremos debido a sus costumbres subterráneas. Entre toda la diversidad de gasterópodos también encontramos endemismos como el caragolí rovellat (Tudorella ferruginea) frecuente en los campos y que podemos distinguir por su caparazón cónico y entorcillado de coloración violácea anaranjada.