Entre el agua y el viento
horas
DIFICULTAD
Baja
DISTANCIA
10’59 km
DESNIVEL
97 m
EQUIPAMIENTO
Calzado y ropa cómoda.
Entre el agua y el viento
El agua y el viento son dos de los cuatro elementos esenciales de la cultura clásica. Más allá de estas consideraciones, estos dos han sido clave para la subsistencia de nuestra sociedad, que las ha sabido aprovechar en múltiples direcciones (fuerza motriz, irrigación, procedimientos agrícolas, etc.). Sencelles, municipio con una rica y dilatada historia agrícola y ganadera, cuenta con muchísimas muestras de arquitectura e ingeniería tradicionales relacionadas con estos dos elementos a lo largo de su territorio, de las cuales destacan los molinos de viento harineros (construidos para la obtención de harina) y también los pozos y cisternas, repartidos por posesiones, cobertizos y vallados. Pero por otro lado, el agua también es un bien a canalizar o salvar. Por eso, la ingeniería tradicional ha sabido construir acequias de drenaje y también puentes para superar las camas de los torrentes.
En este itinerario descubriremos estos elementos que localizamos por la zona de mistral del municipio, así como también dos de sus puentes más significativos y una de las acequias de drenaje más importantes del Pla mallorquín.
1
Depósitos del camino de Morelló
Entre la villa de Sencelles y la aldea de So na Rossa localizaremos, a ambos lados del camino, un buen número de pozos tradicionales. La gran mayoría cuenta con cubierta o capillita para impedir que la hojarasca o la suciedad entren, así como también para protegerlos de la insolación. Estas capillas pueden ser circulares o cuadrangulares, en el interior de las cuales está instalada la barra travesera donde cuelga la polea. Solo uno –finca sa Pleta– muestra el sistema tradicional de jambas.
2
Acequia de Son Mascaró
Esta acequia, que nace en el municipio vecino de Santa Eugènia (y que además lleva nombre de una de sus posesiones más importantes), es un canal de drenaje que lleva las aguas hasta el torrente de Biniali o Solleric.
3
Pozo de Biniali
Situado junto al torrente de Biniali, está formado por dos depósitos. El más vistoso es el Pozo Nou, con cuello de sección absidal, con cuatro jambas de piedra viva y dos largueros, también de piedra. Se trata de un depósito muy antiguo, del cual el ilustrado mallorquín Jeroni de Berard en 1789 dice: «tiene una explanada con un arroyo y un pozo. El terreno ya participa algo de los árboles de la montaña, con muchas higueras que la nieve dicha destrozó».
4
Puente del Torrente de Biniali
Actualmente hay dos: uno primero moderno, que conecta con los caminos de sa Costa y el camino des Terrer Blanc con Biniali y un segundo, de piedra, por donde circula la carrera Mi-3120, compuesto por sendos ojos de ancha luz y un tajamar en el centro. Este último es de piedra, muy adobada con dos escudos sobre la clave de los arcos con el escudo del Consell de Mallorca y la fecha de 2008.
5
Molino de Can Moliner
Molino de viento harinero, situado al final del callejón del Molí. Actualmente se encuentra sin antenado y fue acabado de construir en 1835 tal como apunta una inscripción sobre una de las jambas. Los maestros fueron Sebastià Company i Antoni Amengual. La torre es de sección circular, con un portal adintelado, antiguamente situado encima del envelado.
6
Pou Major
Se trata de uno de los conjuntos hidráulicos más importantes del término. Cuenta con dos pozos, separados por unos 10 m, con comunicación interior. Ambos presentan cuellos cuadrangulares, picas para abrevar el ganado, jambas y largueros. En Sencelles recuerdan como durante los años de sequía los depósitos permanecían cerrados porque los binissalemers iban a sacar agua.
7
Puente del Pou Major
Justo junto al Pou Major hay un sencillo puente que atraviesa el torrente de Sencelles. Cuenta con un solo ojo, de arco escarzano y construido con marés. El caminal, de poco más de un metro de anchura, se muestra enmarcado.
8
Molinos de Can Mascaró y de Can Reüll
Estos dos ingenios, situados uno al lado del otro, aparecen documentados ya a finales del siglo XVIII. En el siglo siguiente, ambos se encontraban en manos de Francesc Llabrés Mascaró. Uno de los dos pasó (calle Son Arrom) de Joan Campaner Llabrés Reojo. Sabemos que el de Can Mascaró funcionó hasta el año 1957.
9
Molino de Cas Ferrerico
Justo en la entrada del pueblo, en la calle de la iglesia, se levanta este molino, construido el 1829 por Rafel Ramon y hoy en día sin antenado. Cuenta con una torre de sección circular, de 4’60 m de diámetro. El borde del portal de la vivienda arranca la escalera exterior, adosada al muro lateral, de 22 escalones.